Entrevista a Don Pedro de 94 años

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Proyecto La Voz de los Mayores

Conocemos a Don Pedro de la mano de nuestra vocal Ana María González Jiménez

 pedro          Puntual a la cita, D. Pedro Fernández Sánchez se presentó solo en el lugar que habíamos acordado unas horas antes.  Aunque por su aspecto físico nadie lo diría, D. Pedro estaba próximo a cumplir 94 años. Vivía desde hacía treinta en el municipio de Alcalá de Henares (Madrid) con su esposa Dña.María, de 91 años, con la que llevaba casado muchos años. A pesar de su avanzada edad, Dña. María y D. Pedro se manejaban muy bien solos y recibían ayuda en su domicilio únicamente una vez a la semana y la visita de uno de sus hijos semanalmente. De hecho, cuando se le preguntó cómo se encontraba de salud contestó espontáneamente “perfecto”, aunque sabíamos que visitaba con frecuencia al médico. A pesar de que reconoció que notaba últimamente algunas pérdidas de memoria, no había notado dificultades para expresarse o para leer. Se mostraba sin duda como un hombre sencillo, vivaz y conversador, que aprovechaba cada ocasión para bromear.

           D. Pedro nació en Menasalvas (Toledo) —lugar que repetía orgulloso— en el año 1920 junto a sus cuatro hermanos. Hijo de un auxiliar del ayuntamiento, se dedicó primero a la cobranza de las igualas de médicos y veterinarios y logró alcanzar estudios medios. Vivió en el pueblo hasta que ingresó en el ejército, llegando hasta la escala de comandante. Tuvo dos hijos y cinco nietos, los cuales le habían dado hasta ahora dos biznietos. Aunque le costó recordar uno, finalmente se emocionó al recordar cuando ganó el Campeonato del Mundo de la Patrulla de Cuatro vientos.

Las aficiones de D. Pedro, con las que disfrutaba en su vida, eran leer y caminar. Todos los días que podía, intentaba caminar varios kilómetros ya que para él, hacer mucho deporte e “ir a la cabeza” eran claves para envejecer bien. Su interés por la lectura se centraba en los periódicos y los libros de temática histórica.

Para él, lo más importante en la vida era la educación, lo que dejó reflejado en sus comentarios a lo largo de nuestra conversación. En sus propias palabras: “sin la educación no se es nadie.”

Durante la etapa en la que tenía bajo su responsabilidad la formación de distintos jóvenes recuerda que, “no podía pedirle a los chavales más de lo que yo hacía, como mucho lo mismo” y que eso era lo que más le valoraban.

En lo referente a su vida personal, reconocía que lo más importante para él era “tener la conciencia tranquila” y que no cambiaría nada de lo que ha sido su vida,  a lo que añadió: “creo que he cumplido mi deber.”

Cuando se le preguntó por sus preocupaciones en el presente comentó: “No vamos por buen camino. Veo a la gente muy interesada en el dinero”.

A D. Pedro le gustaría ser recordado como “un buen ser humano”, tal y como lo era su padre, y de hecho, valores como “ayudar al prójimo y al necesitado” y “predicar con el ejemplo” son mencionados por él durante nuestra conversación.

Realmente me hubiera gustado elaborar este documento hablando en presente de D. Pedro, pero desgraciadamente a él también le llegó «el momento» en la vida  y nos dejó unas semanas después de realizar esta entrevista. Como él mismo bromeaba sobre otras personas, D. Pedro finalmente “se olvidó de respirar”.

Este ha sido mi humilde homenaje a un señor entrañable, ejemplo perfecto, de que se puede ser mayor, sin olvidarse del sentido del humor, hasta el último suspiro.

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A Don Pedro,

Ana María González JiménezTypewriter_La_Plata_Museum

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Publicado en: Entrevistas, Noticias
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