Los autores: Mercedes Pérez Verdugo, María Nieves Campos Gómez, Iciar Ancizu García, y el cofundador de la AEPG, Raúl Vaca Bermejo, elaboran este artículo sobre Atención Centrada en la Persona (ACP) en el centro SARquavitae de Santa Justa.
En él, se expone la corriente en defensa de los modelos ACP que abogan por la personalización de los cuidados y actitudes de la corriente humanista de la psicología para garantizar el respeto y trato digno a las personas.
Este modelo, desarrollado por Kitwood (1997) y Brooker (2007), y Brooker y Surr (2009), es implementado por SARquavitae. Entre los aspectos clave se incluyen:
- Tratar a las personas como individuos, fomentando sus derechos de ciudadano.
- Adoptar la perspectiva de la persona atendida.
- Reconocer que toda vida humana se cimienta en relaciones y que las personas cuidadas necesitan un entorno social enriquecido que compense sus limitaciones y promueva las oportunidades de crecimiento personal.
Este modelo de ACP se basa en un proceso interactivo, en el cual las personas son agentes activos de su propio cuidado y sus familiares o miembros del entorno afectivo próximo juegan un papel vital en asegurar su salud y bienestar. Bajo esta premisa, los profesionales también tienen un rol relevante en el mantenimiento de la autonomía y la calidad de vida.
Los principales valores de este modelo son los siguientes:
- Dignidad y respeto: siendo el foco de atención la persona, y no la enfermedad. De esta manera priman las fortalezas y habilidades conservadas frente a las limitaciones y debilidades.
- Información compartida: la persona y su entorno debe recibir información actualizada, completa y cuidadosa para darle la oportunidad de formar parte en el proceso y la toma de decisiones.
- Participación: la persona participa de manera activa en sus propios cuidados, independientemente del estado físico y cognitivo.
- Colaboración: es necesario contar con la persona y su entorno para el desarrollo e implementación de diferentes iniciativas.
La implementación del modelo de atención centrada en la persona como el de SARquavitae Santa Justa, implica conocer la historia de vida y la subjetividad y las necesidades de cada uno de los usuarios que se atienden y, en torno a ello, organizar de forma programada la provisión de los cuidados.
Además, también se pretende dar respuesta a la búsqueda continua de la excelencia en el desarrollo profesional guiados por actitudes basadas en el principio de “cuidar como nos gustaría ser cuidados”.
Este artículo ha sido publicado en el marco del documento: “Diferentes perspectivas de intervención con personas mayores. Desde la visión práctica profesional”. Concepción Nieto Morales, Pedro Chicharro Rodríguez y Nuria Cordero Ramos como coordinadores. Editorial Dykinson. Madrid, 2017.
Si te interesa leer este artículo puedes descargarlo completo aquí